¿Sabías que nueve de cada diez mujeres desconocen cuál es su talla de sujetador? ¿Y que hasta siete de cada diez usan una talla de sujetador equivocada? Vestir el sujetador correcto, aprender a autoexplorarte, hacer ejercicio y alimentarte bien son factores clave para tu salud mamaria.
Muchas mujeres se fijan en la salud de sus senos específicamente durante el embarazo y la lactancia, el cuidado de las mamas debe ser prioritario para todas las mujeres en cualquier etapa de su vida.
A continuación, detallamos cuatro hábitos de cuidado que son fundamentales para la buena salud de tu pecho.
1) Usa la talla de sujetador adecuada
El doctor José Carlos Gordo, responsable de la Unidad de Mama de Ascires, afirma que ese desconocimiento se debe a que existe mucha desinformación sobre el tallaje adecuado y cómo vestir correctamente un sujetador.
También hay que tener en cuenta que, con el paso de los años, una mujer puede cambiar de peso, las mamas pueden cambiar de volumen y forma (tras dar de pecho, por ejemplo) y esto debe acompañarse del correspondiente reajuste de la talla y la copa del sujetador.
Un caso muy habitual que se encuentran los especialistas en consulta es el de mujeres que, por una u otra razón han ganado peso, pero siguen usando la misma talla de sujetador que vestían hace diez años, cuando la forma y tamaño de su mama era completamente distinta.
¿Cómo debe usarse el sujetador?
- La banda inferior del sujetador debe apoyarse sobre el tórax, inmediatamente por debajo del pliegue submamario, y nunca sobre la mama.
- El pecho debe caber dentro de la copa sin plegarse (la piel de la mitad inferior de la mama no debe contactar con la piel del tórax), ni quedar fuera de ella (no debe sobresalir fuera del escote).
- La banda inferior del sujetador debe estar al mismo nivel (misma altura) en toda la circunferencia del tórax, evitando que la parte posterior quede más alta que la anterior.
- Los tirantes no deben clavarse en los hombros. Un sujetador nuevo debe abrocharse en el primer corchete exterior (para poder seguir ajustándose según se vaya deteriorando con el uso). Es conveniente evitar el uso de alargadores posteriores.
2) Convierte la autoexploración mamaria en un hábito regular
La autoexploración mamaria es un método sencillo en el que la propia mujer investiga sus senos en busca de posibles cambios.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el mejor momento para realizarse un autoexamen de las mamas es, aproximadamente, entre 3 y 5 días después del fin de la menstruación. En el caso de haber alcanzado la menopausia, es conveniente realizarse el examen el mismo día todos los meses.
Salud mamaria: ¿Cómo debe realizarse la autoexploración?
Existen diferentes maneras de realizar la autoexploración, aunque es recomendable empezar por acostarse boca arriba, cuando el tejido mamario es más fácil de analizar.
Coloca la mano derecha por detrás de la cabeza. Con los dedos del medio de la mano izquierda presiona suavemente, pero con firmeza, haciendo movimientos pequeños para examinar toda la mama derecha.
Luego, estando sentada o de pie, palpa la axila, ya que el tejido mamario se extiende hasta esta zona.
Presiona suavemente los pezones, verificando si hay secreción. Repite el proceso en la mama izquierda.
Seguidamente, ya de pie, es conveniente situarse frente a un espejo con los brazos a los lados.
- Conviene mirar el pecho directamente y en el espejo. Buscar cambios en la textura de la piel, como hoyuelos, arrugas, abolladuras o piel que luzca como cáscara de naranja.
- Observar la forma y el contorno de cada mama para encontrar posibles asimetrías.
- Revisar si el pezón está hundido.
Este ejercicio ayuda a detectar precozmente algunos tipos de cáncer de mama y otras patologías de las glándulas mamarias, aunque es cierto que es conveniente que todas las mujeres inicien el chequeo rutinario de las mamas a partir de los 40 años.
Junto a estos consejos es conveniente también dormir sin sujetador, para que las mamas descansen en su forma natural sin compresiones.
3) Practica ejercicio de forma regular. Tu pecho también lo agradecerá.
Existe una relación inversa entre actividad física y riesgo a desarrollar cáncer de mama. Una mayor actividad física y un menor índice de masa corporal son factores protectores para el desarrollo del cáncer de mama, tal y como indica el estudio El deporte y la actividad física en la prevención del cáncer, escrito por los doctres Francisco López-Köstner y Alejandro J. Zarate.
De hecho, la obesidad multiplica por doce el riesgo de que una mujer padezca cáncer de mama, según diferentes estudios. Además, la mayoría de los diagnósticos de cáncer de mama se realizan cuando las mujeres alcanzan la menopausia, justo la etapa en la que se producen cambios hormonales que afectan al metabolismo, hecho que influye directamente en el control del peso.
Según un estudio publicado por el Grupo GEICAM de Investigación de Cáncer de mama en 2017, las mujeres que no practican ningún tipo de actividad física y, por tanto, llevan una vida sedentaria, tienen un 71% más de riesgo de desarrollar cáncer de mama que aquellas otras que cumplen las recomendaciones internacionales sobre ejercicio físico, que debería rondar los 150 minutos a la semana.
La práctica deportiva se asocia habitualmente a la reducción del riesgo de padecer enfermedad cardiovascular, diabetes y osteoporosis, aunque cada vez un mayor número de investigaciones deja constancia de que el movimiento, moderado y constante, es un excelente aliado a nivel celular para protegerse del desarrollo del cáncer de mama.
Además de estos hábitos principales de cuidado de la salud de la mama, los médicos especialistas también recomiendan aplicar cremas hidratantes o jabón durante el baño, en sentido ascendente hacia la axila, usando siempre la mano contraria de la mama que se quiera hidratar. De esta manera, al mismo tiempo que se hidrata la piel, también se realiza un drenaje de las toxinas y otras sustancias que puedan acumularse en las glándulas mamarias.
4) Aliméntate de manera sana y equilibrada, también por tu salud mamaria
A continuación, te detallamos algunos consejos para llevar una dieta equilibrada.
- Un desayuno consistente.
- Comprar alimentos saludables.
- Elegir verduras y frutas como snacks.
- Evitar el exceso de fritos y grasas.
- Comer despacio.
- Beber suficientes líquidos.
En las Clínicas Biomédicas Ascires es posible realizar un test no invasivo basado en el análisis genético, el diagnóstico por imagen y el historial clínico para anticiparse y detectar precozmente el tumor mamario, que afecta a una de cada ocho mujeres. En este vídeo encontrarás más detalles sobre el enfoque que proponemos en nuestras clínicas:
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