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Endometriosis: síntomas y tratamiento

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Una paciente consulta sobre endometriosis en la clínica Ascires Xàtiva.

La endometriosis es una enfermedad benigna, pero frecuentemente dolorosa, que ocurre cuando las células del tejido que recubren el interior del útero (endometrio) crecen más allá de esta zona. Se trata de una patología ginecológica crónica que puede causar una reacción inflamatoria, responsable del dolor.

Hablamos, pues, de endometriosis cuando las células endometriales se expanden alrededor de los ovarios, las trompas de Falopio, el tejido que cubre la cavidad abdominal, la vejiga o, en menor medida, en la vagina, el cérvix, el intestino o los uréteres.

¿A quién afecta?

Se estima que el 10% de las niñas y mujeres en edad reproductiva padecen endometriosis (unos 190 millones de personas en todo el mundo), según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«El pico de edad de incidencia se sitúa entre los 35 y los 45 años. También se encuentra en el 40% de las adolescentes con anomalías en el tracto vaginal, el 50% de las mujeres que padecen infertilidad y en el 70% de las jóvenes con dolor pélvico crónico», detalla la Dra. Esther López, colaboradora de la Clínica Ascires Xàtiva.

¿Qué síntomas provoca la endometriosis?

En la mayoría de los casos hay una sintomatología muy variada y algunas de sus manifestaciones pueden confundirse con otras dolencias, lo que puede dificultar su diagnóstico.

Los principales síntomas de la endometriosis son:

  • Dolor intenso en la pelvis y el abdomen antes o durante la menstruación (dismenorrea). Suele deberse a la formación de las prostaglandinas, sustancias similares a las hormonas que ayudan al funcionamiento interno de los tejidos, y que provocan fuertes contracciones uterinas. En torno al 70% de las afectadas lo padece y, con el avance del tiempo, se va volviendo cada vez más intenso y duradero. A medida que la endometriosis progresa, pasa a ser prácticamente continuo y puede aparece dolor en otros órganos.
  • Dolor al tener relaciones sexuales (dispareunia). En los casos de endometriosis profunda es muy frecuente. La penetración vaginal puede presionar alguna zona afectada, como los ovarios, el techo vaginal o los ligamentos uterosacros. Muchas mujeres con endometriosis definen este dolor como “profundo” y lo diferencian de las molestias que sienten en la vagina cuando se inicia la penetración.
  • Problemas reproductivos: entre el 30 y el 50% de las mujeres con endometriosis tienen problemas de fertilidad. En ocasiones, incluso, la endometriosis se diagnostica después de una consulta por la dificultad de concebir.
  • Dificultad para la defecación (disquecia).
  • Dolor con la micción (disuria): Suele traducir afectación de la vejiga y es mucho menos habitual.
  • Sangrado sin motivo aparente: el sangrado o las pequeñas pérdidas entre los periodos menstruales pueden ser indicio de endometriosis, aunque es conveniente acudir al médico para confirmar el diagnóstico.
  • Otra sintomatología: la fatiga, la diarrea, el estreñimiento sin motivo aparente o las náuseas durante los días de menstruación.
La endometriosis puede tardar entre 7 y 12 años en diagnosticarse. En la imagen, una paciente en la consulta ginecológica de Ascires Xàtiva.
Las dificultades para diagnosticar la endometriosis provocan retrasos de entre 7 y 12 años desde la aparición de los síntomas hasta que se detecta la enfermedad.

¿Afecta la endometriosis a la fertilidad?

Uno de los aspectos que más preocupa de esta enfermedad es cómo puede afectar a la hora de tener hijos. Lo cierto es que la endometriosis está directamente relacionada con la infertilidad y, como indicábamos anteriormente, se estima que entre el 30% y el 50% de las pacientes sufren dificultades para gestar. Por ello, es frecuente que las mujeres afectadas tengan que recurrir a técnicas de reproducción asistida.

Sobre este tema, las ginecólogas especialistas de Clínicas Ascires Xàtiva, la Dra. Esther López del Cerro y la Dra. Inma Soler Ferrero, inciden en que “en líneas generales, debe considerarse que la cirugía de cualquier tipo de endometriosis, profunda, peritoneal o endometrioma, no mejora la fertilidad por lo que, de manera genérica y salvo casos concretos, no debería proponerse en aras a conseguir gestación espontánea o por FIV”.

Causas de la infertilidad asociada a la endometriosis

En cuanto al por qué se produce este problema de infertilidad, existen diferentes causas:

  • Distorsión anatómica por adherencias: las células endometriales pueden crecer alrededor y dentro de las trompas de Falopio, lo que provoca obstrucciones y adherencias que dificultan las funciones de estos órganos. Así, se impide un adecuado desarrollo de los óvulos o que óvulo y espermatozoide se encuentren.
  • Disminución de la reserva ovárica: la endometriosis ovárica reduce la cantidad de tejido ovárico sano y la inflamación crónica produce fibrosis en este, lo que conlleva una reducción de la cantidad de óvulos.
  • Pérdida de la calidad de los ovocitos: se produce debido a ciertos factores provocados por la endometriosis que resultan tóxicos para el desarrollo del ovocito, la célula que da lugar al óvulo.
  • Problemas en la implantación del óvulo: el útero no es capaz de formar un endometrio receptivo para el óvulo.
En este vídeo, la Dra. Esther López explica cómo se diagnostica la endometriosis y por qué, en muchas ocasiones, se tarda años en detectar la enfermedad.

¿Cómo se diagnostica la endometriosis?

Dado que la sintomatología es diversa y poco específica, existe un retraso entre el inicio de los síntomas y el diagnóstico de entre 7 y 12 años, según muestran casi todos los estudios publicados. Por ello, es imprescindible que, ante la aparición de cualquiera de los síntomas, acudamos a la consulta del especialista.

Las principales técnicas diagnósticas son:

  • Historia clínica: es importante que el especialista conozca detalladamente los síntomas que están sufriendo las pacientes.
  • Examen pélvico: la exploración física realizada por ginecólogos especializados puede ofrecer mucha información. Durante este tipo de examen, el médico palpa zonas de la pelvis para detectar anomalías, como quistes en los órganos reproductores o cicatrices detrás del útero. A menudo, además, no es posible palpar pequeñas zonas de endometriosis, a menos que hayan provocado la formación de un quiste.
  • Ecografía y ecografía transvaginal: esta prueba de imagen utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para crear imágenes del interior del cuerpo. Para captarlas, se presiona un dispositivo llamado transductor contra el abdomen o se introduce en la vagina (ecografía transvaginal). Actualmente es la técnica más importante ya que tiene una alta sensibilidad y especificidad en el diagnóstico y caracterización de endometrioma.
  • La laparoscopia: esta técnica permite ver el interior del abdomen y encontrar tejido endometrial fuera del útero. Es un diagnóstico quirúrgico que se debe realizar en casos excepcionales, en pacientes con dolor persistente que no responden a tratamiento médico, pacientes con sintomatología severa que interfiere gravemente con su calidad de vida y en aquellos casos de lesiones con compromiso de la función de órganos.
  • Otras pruebas menos utilizadas son la resonancia magnética, la resonancia magnética nuclear, la cistoscopia o la colonoscopia cuando se sospecha que otros órganos están afectados.
El tratamiento de la endometriosis implica analizar cada caso en particular. En la imagen, una paciente estudia opciones con su ginecóloga en Clínicas Ascires.
Tratar la endometriosis requiere analizar cada caso en particular.

Opciones de tratamiento

Pese a que se trata de una enfermedad crónica sin cura, sí es posible tratar los síntomas que genera, como el dolor y la infertilidad. Para establecer el mejor tratamiento conviene analizar cada caso en particular, pues la extensión de las células endometriales, el dolor y las características de la vida fértil son diferentes en cada mujer.

El tratamiento del dolor suele centrarse en medicamentos farmacológicos, terapia hormonal o incluso la cirugía para extirpar acumulación de tejido endometrial que podría afectar al correcto funcionamiento de algún órgano.

Los tratamientos de la infertilidad por endometriosis son más complejos y requieren estudios completos. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

  • Laparoscopia: para eliminar el crecimiento de células endometriales en las trompas de Falopio.
  • Fertilización in Vitro o FIV. Es una tecnología de reproducción asistida que puede ser una opción para las mujeres y las familias afectadas por la infertilidad relacionada con la endometriosis.
  • Cirugías múltiples. Están pensadas para extirpar quistes en los ovarios, que podrían afectar a las funciones ováricas.

A la hora de elegir el tratamiento las ginecólogas colaboradoras de Clínicas Ascires Xàtiva inciden en que, al ser una enfermedad crónica, “debe utilizarse el mínimo tratamiento eficaz, puesto que probablemente necesitaremos aumentar el esfuerzo terapéutico a medida que avanza la enfermedad”.

De igual manera, explican que las cirugías que se realicen deben hacerse con el mayor esfuerzo para eliminar toda la enfermedad posible en el mínimo número de intervenciones. “Lo ideal sería una cirugía en la vida realizada por un equipo de cirujanos laparoscopistas expertos”.

Sobre el tratamiento quirúrgico, las Dras. Soler y López del Cerro, también señalan que se debe atender a ciertas indicaciones, como la sospecha de malignidad, si la función de otros órganos está comprometida o si el tratamiento médico en el control de los síntomas no ha funcionado, entre otras.

Factores de riesgo

Como norma general, los factores de riesgo para el desarrollo de esta enfermedad son:

  • No haber tenido hijos.
  • Antecedentes familiares.
  • Inicio de la menstruación a una edad temprana.
  • Exposición prolongada a estrógenos.
  • Ciclos menstruales cortos (de menos de 27 días).
  • Sangrado menstrual abundante.
  • Obstrucción a la salida del flujo menstrual (anomalías uterinas).

También existen factores protectores, como tener varios hijos, una lactancia prolongada o el uso previo de anticonceptivos hormonales.

¿Cuáles son las causas?

Todavía se desconocen las causas que la originan, aunque parecen estar implicados factores genéticos, inmunes y hormonales. Existen diferentes hipótesis que explican cómo se produce y progresa esta enfermedad:

  • Teoría de la menstruación retrógrada: la sangre menstrual no sale del útero y es eliminada por la vagina, sino que se dirige hacia las trompas de Falopio y la cavidad pélvica.
  • Teoría de la metaplasia: las células peritoneales se transforman en células endometriales.
  • Teoría embrionaria:  hay grupos celulares que conservan la capacidad de transformarse en células endometriales.
  • Migración de células madre: células que surgen desde la médula ósea y son capaces de convertirse en tejido endometrial.
  • Diseminación linfática o hematógena: las células endometriales se dispersan a través de la sangre o el sistema linfático, lo que explicaría la existencia de implantes de endometriosis a distancia.

Por el desconocimiento general sobre esta enfermedad y las dificultades para detectarla, se estima que la endometriosis está todavía muy infradiagnosticada. Si presentas alguno de los síntomas indicados, no dudes a consultar con tu especialista.

Ascires

Ascires es el grupo biomédico pionero en España en Diagnóstico por Imagen, Medicina Nuclear, Genética Médica y Oncología Radioterápica guiada por Imagen. Desarrolla su actividad para hospitales públicos y privados, así como en su propia red de Clínicas Biomédicas en la Comunidad Valenciana y Cataluña. Con una trayectoria de más de 50 años y un equipo de más de 600 profesionales, el grupo Ascires centra su labor en diagnóstico y tratamiento, reinvirtiendo anualmente una media del 15% de los beneficios en I+D+i. Una reinversión que le permite la constante incorporación de lo último en tecnología y software médico.

En este sentido, Ascires Grupo Biomédico está focalizado en medicina personalizada de precisión, gracias a la continua innovación en el desarrollo de biomarcadores de inteligencia artificial y algoritmos de diagnóstico propios, que integran los datos genómicos, clínicos y los procedentes del Diagnóstico por Imagen.

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