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Demencia y alteraciones de conducta: ¿Cómo gestionarlas?

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Alteraciones de conducta en pacientes con demencia

Existe la falsa creencia popular de que la demencia se padece de manera natural cuando una persona llega a una cierta edad. Pues no: “La demencia senil no existe. Siempre hay una causa médica”, aclara la Dra. María José Ibáñez, neuróloga de Clínicas Biomédicas Ascires. En este primer artículo sobre la demencia, presentamos las principales enfermedades que la provocan y los síntomas más comunes, así como las recomendaciones para gestionar las alteraciones de conducta que se dan en los pacientes.

¿Qué es la demencia?

La demencia implica un deterioro de ciertas funciones mentales que afectan al desarrollo de las actividades diarias de la persona que la padece. Es un concepto que integra una serie de síntomas o déficits que pueden alterar las siguientes capacidades:

  • Memoria o capacidad para recordar.
  • Razonamiento, resolución de problemas y toma de decisiones
  • Atención
  • Comunicación
  • Habilidades visuales y espaciales. Por ejemplo, desorientarse durante la conducción.
  • Realizar tareas complejas
  • Coordinación y control de movimientos

Es importante destacar que el deterioro cognitivo y la demencia no son lo mismo. En ambas existe una disminución de las capacidades cognitivas del paciente respecto al nivel previo. Sin embargo, la diferencia radica en que la demencia afecta en un mayor nivel a la autonomía de la persona.

“El paciente con deterioro cognitivo va a ser capaz de gestionarse, aunque le cueste un poco más y se tenga que anotar las cosas, por ejemplo. No existe una pérdida importante de sus capacidades personales. Por el contrario, un paciente con demencia tiene una pérdida de autonomía que le lleva a ser dependiente para algunas o todas sus actividades diarias, como pueden ser comer o el aseo”, explica la Dra. Ibáñez.

En cifras, se estima que hay más de 55 millones de personas con demencia en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, y se calcula que cada año hay 10 millones de nuevos casos.

Más allá del alzhéimer: Tipos de demencia

Los tipos de demencia más comunes son:

Enfermedad de Alzheimer

Representa entre un 60% y un 70% de las demencias en la actualidad. Se caracteriza por cambios en el cerebro derivados del depósito de ciertas proteínas. Afecta de forma gradual a la memoria, el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales, cambios que acaban afectando a la autonomía de la persona.

Demencia por cuerpos de Lewy

Se produce cuando unas proteínas denominadas cuerpos de Lewy se depositan en determinadas zonas del cerebro vinculadas al pensamiento, la memoria y el movimiento. Esto provoca un deterioro progresivo de las capacidades mentales y de atención. Los pacientes de este tipo de demencia también pueden padecer alucinaciones y síntomas propios de la enfermedad del Parkinson, como temblor, rigidez o lentitud de movimientos. Es la segunda causa de demencia neurodegenerativa, después del alzhéimer.

Demencia frontotemporal

Engloba una serie de síndromes clínicos derivados de la neurodegeneración de los lóbulos frontal y/o temporal del cerebro, en general como resultado de una atrofia focal, según detalla la Sociedad Española de Neurología en su Guía de Demencias. Los síntomas dependerán de las zonas que se vean afectadas. Estas regiones cerebrales están muy relacionadas con la personalidad, la conducta y el lenguaje. La demencia frontotemporal suele manifestarse a una edad más temprana que otro tipo de demencias, como el alzhéimer, ya que suele aparecer entre los 50 y los 70 años. Representa entre un 10 y un 20% de los casos de demencia.

Demencia vascular

Es el tipo de demencia derivada de una alteración del flujo sanguíneo cerebral, lo que puede provocar daño cerebral ya sea por accidentes cerebrovasculares o por alteraciones de los pequeños vasos sanguíneos del cerebro. La dificultad para que el cerebro reciba oxígeno o nutrientes vitales puede afectar a la capacidad de razonar, planificar o recordar, lo que se conoce como demencia vascular. Factores como la hipertensión, el colesterol elevado, la diabetes o el tabaquismo aumentan el riesgo de padecerla.

Charla de la Dra. Ibáñez, neuróloga en Clínicas Ascires, sobre demencia y alteraciones de conducta.
La Dra. María José Ibáñez, neuróloga en Clínicas Ascires, durante una charla sobre demencia con la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de Albaida (Valencia).

«Antes no era así»: Alteraciones de conducta en pacientes con demencia

El trastorno de comportamiento o de conducta es, según especifica la Sociedad Internacional de Psicogeriatría, una alteración de la percepción, del contenido del pensamiento, del estado de ánimo y del comportamiento en las personas que sufren demencia.

Es decir, el paciente se comporta de manera diferente, ya que se produce un cambio de la personalidad derivado de la patología. Con frecuencia, las personas de su entorno suelen expresarlo con la característica frase de “Él/ella no era así”.

 “Hay que recalcar que son alteraciones que no son intencionales y pueden ser señales de alarma de que algo está pasando. Puede ser que detrás de sus comportamientos y reacciones inusuales haya una infección o una necesidad fisiológica (como, por ejemplo, necesidad de ir al baño). Puede que el paciente ya no sepa expresarse y se dan estas relaciones de conducta que muchas veces las personas cuidadoras no saben identificar en un primer momento”, explica la Dra. Ibáñez.

Estos son algunos de los síntomas conductuales y psicológicos que hay que tener en cuenta en pacientes que tienen demencia:

Síntomas conductuales

  • Agresividad
  • Alteración del sueño
  • Alteración del apetito
  • Desinhibición sexual
  • Irritabilidad
  • Deambulación

Síntomas psicológicos

  • Depresión
  • Ansiedad
  • Alucinaciones/delirios
  • Falsas interpretaciones
  • Apatía
  • Euforia

Además, en estos trastornos conductuales influyen diversos factores:

  • Factores ambientales: entorno, relación con el cuidador, relación con la familia, etc.
  • Factores psicosociales: necesidades insatisfechas, umbral del estrés disminuido, creencias, valores, etc.
  • Factores biológicos: alteración de circuitos cerebrales, alteración de neurotransmisores, enfermedad intercurrente, etc.

El trastorno de conducta es muy frecuente ya que hasta el 90% de los pacientes llegan a sufrirlo en algún momento de la enfermedad.  Son alteraciones fluctuantes, variables con el tiempo y afectan a la calidad de vida del paciente y de su entorno.

Primer paso: Identificar el problema

Por eso, «es importante analizar bien la situación y que las personas cuidadoras vayan conociendo qué está pasando para poder reaccionar», recuerda la neuróloga.

Lo primero es estudiar el contexto. Existen una serie de preguntas que un cuidador se debe hacer:

  • ¿Qué ocurre? (Agresividad, desinhibición, alucinaciones…)
  • ¿Dónde? (En casa, en un lugar público, en una reunión familiar, en el bus…)
  • ¿Cuándo? (Momento del día, actividad…)
  • ¿Con quién?

Otros factores que influyen en el manejo de los trastornos del comportamiento son:

  • El tipo de síntoma.
  • El apoyo del entorno/situación familiar.
  • La información del cuidador y los recursos personales.
  • La situación económica.
  • La relación previa enfermo/cuidador.

¿Cómo actuar? Pautas generales ante un trastorno de comportamiento

Se debe recordar que los pacientes con demencia que sufren un trastorno de comportamiento no se comportan de determinada manera ‘a propósito’, sino que es parte de las alteraciones que produce la propia patología.

“Depende del déficit que tenga el enfermo en cada momento de la enfermedad. La pérdida de autonomía puede agudizar estos trastornos”, indica la neuróloga.

¿Qué hacer ante una alteración de conducta en una persona con demencia?

  • Evitar discutir.
  • Distraer.
  • Descartar que se trate de un problema orgánico (infección, dolor…)
  • Tranquilizar al paciente.
  • Comunicar, si es posible.
  • Expresar afecto.
  • Respetar los gustos del paciente.
  • Tener mucha paciencia.
  • Flexibilidad.
  • Velar por la seguridad del enfermo.
  • Cuidar de uno mismo.
  • Ofrecer un entorno tranquilo, sin demasiado ruido, usar una voz calmada…
  • Crear rutinas.
  • Identificar estímulos que desencadenan las distintas situaciones.

El contenido de este artículo está extraído de la charla ofrecida por la doctora María José Ibáñez a la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzhéimer y Otras Demencias de Albaida.

Además de disponer de la última tecnología en Imagen Diagnóstica, en Clínicas Ascires contamos con un equipo de Neurología que puede atender cualquiera de tus dudas sobre demencias y alteraciones de conducta. Para cualquier consulta, ponte en contacto con nosotros: clinicasascires.com

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Ascires es el grupo biomédico pionero en España en Diagnóstico por Imagen, Medicina Nuclear, Genética Médica y Oncología Radioterápica guiada por Imagen. Desarrolla su actividad para hospitales públicos y privados, así como en su propia red de Clínicas Biomédicas en la Comunidad Valenciana y Cataluña. Con una trayectoria de más de 50 años y un equipo de más de 600 profesionales, el grupo Ascires centra su labor en diagnóstico y tratamiento, reinvirtiendo anualmente una media del 15% de los beneficios en I+D+i. Una reinversión que le permite la constante incorporación de lo último en tecnología y software médico.

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