La resonancia magnética es una prueba de imagen no invasiva que permite examinar los órganos, tejidos y partes no óseas del organismo. Produce imágenes de alta resolución del interior del cuerpo que ayudan a diagnosticar diferentes patologías y lesiones:
- Enfermedades cardiovasculares en corazón, arterias y venas.
- Patologías neurológicas de las partes blandas y óseas del cráneo: procesos neurodegenerativos, epilépticos, etc.
- Patologías de origen musculoesquelético, en articulaciones, músculos y huesos.
- Alteraciones congénitas.
- Procesos inflamatorios, infecciosos y metabólicos.
- Múltiples afecciones relacionadas con todo tipo de órganos: pulmones, riñones, abdomen, mama, médula espinal, etc.
Es una prueba sencilla y segura que aporta una gran sensibilidad diagnóstica. “La resonancia magnética es la técnica más potente para el diagnóstico médico y permite valorar cualquier parte del cuerpo. Nos permite obtener información muy valiosa sin generar ningún efecto adverso en el paciente”, explica el responsable de Radiodiagnóstico de la Clínica Biomédica Ascires Gandia, José Antonio Bultó.
¿Cómo funciona la resonancia magnética?
Las ondas de radio y el campo electromagnético estimulan a los protones (núcleos de los átomos de hidrógeno) de los tejidos que van a ser estudiados, provocando que se alineen unos con otros. Durante el estudio con resonancia magnética, los protones liberan energía en forma de ondas de radio, que serán captadas por el escáner y transmitidas al ordenador, que las procesará en forma de imagen radiológica. Esta imagen posee información morfológica y funcional de alta resolución que será analizada por el radiólogo.
La resonancia magnética consta de un imán de gran tamaño -con el que se genera un campo electromagnético-, un escáner -con el que se emiten de ondas de radio- y un ordenador -con el que se procesan las imágenes obtenidas-.
¿Cómo se realiza el estudio de resonancia?
La resonancia magnética tiene forma de tubo o cilindro, con una mesa móvil que introduce al paciente en el interior. La duración de la prueba depende de la zona anatómica a analizar y de la cantidad de imágenes que se tengan que adquirir, pero se suele prolongar entre 20 y 60 minutos.
El estudio se realiza en el área de Diagnóstico por Imagen de la clínica u hospital y lo lleva a cabo un técnico en Radiología.
Pasos de la prueba
Si tienes que someterte a una prueba de resonancia magnética, este será el proceso que seguirás:
- Accederás primero a una cabina. Allí te desvestirás la parte del cuerpo a estudiar, te cubrirás con una bata que te facilitará el personal sanitario y te quitarás todos los objetos personales (reloj, joyas, gafas, objetos metálicos y cualquier otro elemento que pueda interferir con el equipamiento médico).
- En determinados casos, es necesario el uso de contraste para una mejor definición de la imagen radiológica.
- Una vez administrado el contraste (solo en los casos que se requiera) se procede a la adquisición de las imágenes. Para ello, te tumbas en la camilla de la resonancia magnética siguiendo las indicaciones del técnico para, a continuación, ser introducido en el escáner o cilindro. Tendrás que permanecer inmóvil durante todo el tiempo que dure la prueba. Cualquier movimiento podría causar una distorsión y afectar a la calidad de la exploración. El técnico te puede dar indicaciones respecto a la respiración, que deberás seguir para que el examen médico se desarrolle con éxito.
- Durante el estudio de imagen, el imán que rodea el cilindro del escáner dará vueltas en torno a tu cuerpo para generar el campo electromagnético. Oirás un ruido potente y monótono, como una especie de martilleo, que genera la propia máquina. En las Clínicas Biomédicas Ascires te proporcionaremos protección auditiva (tapones o cascos) para minimizar la molestia acústica. También disponemos de gafas prisma que te permiten ver fuera del equipo. Si lo deseas, también podemos facilitarte un equipos audiovisual para ver una película mientras dura la prueba o un equipo de audio para escuchar música.
- El escáner capta las imágenes radiológicas de la zona anatómica definida y las transmite a un ordenador, donde son procesadas.
- Al concluir, volverás a la cabina para vestirte y recuperar tus objetos personales. El proceso de adquisición de imágenes se habrá completado. Las imágenes serán analizadas por el radiólogo, que trasmitirá su valoración de la prueba al especialista médico.
Si estar interesado en despejar alguna otra duda del proceso de exploración, el post ¿Vas a hacerte una resonancia? Estas son las dudas más frecuentes te puede ser de utilidad.
¿Qué ventajas tiene la resonancia magnética?
- Es una técnica totalmente indolora y no invasiva.
- No emite radiaciones ionizantes, a diferencia de las pruebas de radiología convencional (rayos X) o tomografías computarizadas (TAC).
- No produce efectos adversos.
- Es una prueba sencilla, que no requiere preparación previa.
- Proporciona imágenes de gran calidad y sensibilidad diagnóstica.
¿Qué tipos de resonancia magnética existen?
Según la forma del imán, podemos distinguir entre:
- Resonancia magnética convencional o de imán cerrado: equipamiento en forma de cilindro o tubo (aunque está abierto por los extremos de la cabeza y los pies).
- Resonancia magnética abierta: especialmente indicada para pacientes pediátricos o personas con claustrofobia o de gran estructura física. Para más detalles, puedes consultar el artículo Resonancia magnética abierta para niños y pacientes con claustrofobia.
- Resonancia magnética dedicada a exploraciones articulares pequeñas: Se emplea para realizar estudios de posibles lesiones o patologías en brazos, piernas, manos y pies.
¿Cómo se mide la calidad de imagen de una resonancia?
La definición de la imagen que se obtiene de una resonancia magnética depende, entre otros aspectos, de la fuerza del imán que emplea, capaz de generar un campo magnético grande y estable. La fuerza o densidad de flujo magnético del equipamiento se clasifica por una unidad de medida conocida como Tesla, que equivale a 10.000 gauss. Según este campo magnético, las resonancias magnéticas se dividen en equipos de bajo campo (entre 0,1 y 0,6 Teslas) y equipos de alto campo (entre los 1,2 y los 3 Teslas).
En la práctica clínica actual, las resonancias magnéticas de 3 Teslas son las que ofrecen mayor calidad de imagen. Para hacernos una idea de la potencia de estos equipos, podemos recordar un dato comparativo que resulta sorprendente: el campo magnético de la Tierra es de 0,5 gauss. Así, el campo magnético que genera una resonancia de 3 Teslas es 60.000 veces el campo magnético terrestre.