La cefalea o dolor de cabeza es una de las patologías más frecuentes, que llega a afectar al 74% de la población, según la Sociedad Española de Neurología. Existen más de 300 tipos diferentes. Identificar el tipo de cefalea es fundamental para poder tratarla. En ello, la experiencia clínica del neurólogo y las pruebas diagnósticas son clave.
Cefaleas primarias y secundarias
El dolor de cabeza es la primera causa de consulta de los pacientes que acuden al especialista de Neurología. Por su tipología, se puede dividir en dos grandes grupos:
- Cefaleas primarias: la enfermedad es el propio dolor de cabeza, es decir, no existe una causa subyacente que lo origine. Representan el 95% de las cefaleas. Las más comunes son la cefalea tensional, la migraña, las cefaleas trigémino autonómicas (entre las que se encuentran las cefaleas en racimo) y las neuralgias.
- Cefaleas secundarias: existe una condición subyacente que provoca el dolor. Puede tratarse de un trastorno vascular, lesiones estructurales a nivel cerebral, una infección, una condición sistémica, un quiste o tumor o una resaca por consumo excesivo de alcohol, entre muchas otras causas.
Cefalea primaria: Cuando la patología es el propio dolor de cabeza
En la gran mayoría de los casos, la cefalea no se debe a ninguna condición o trastorno, sino que el dolor de cabeza es la propia enfermedad. “Aunque hay múltiples hipótesis, las causas de este tipo de cefalea son todavía desconocidas y no existe un tratamiento curativo. Sin embargo, las opciones terapéuticas son cada vez más extensas y efectivas. Esto nos permite abordar el dolor, aliviarlo y mejorar la calidad de vida de los pacientes”, expone la Dra. Mireya Losada, neuróloga de Clínicas Biomédicas Ascires.
En estos casos, de nuevo, diagnosticar de forma exacta el tipo de cefalea es el primer paso para tratarla. Estos son los más comunes:
Cefalea tensional
Es la más frecuente de todas. El dolor es leve o moderado y puede ser de carácter episódico (puntual) o crónico. La sensación de dolor se da en toda la cabeza, aunque es habitual que se manifieste con una sensación de opresión en la frente, los lados o la parte posterior de la cabeza. Suele coincidir con periodos de estrés. Por lo general, no va acompañado de otros síntomas, como náuseas, vómitos o alteraciones visuales.
Migraña
El dolor suele ser unilateral, es decir, se da en un lado de la cabeza, y con intensidad moderada o severa. Es de carácter punzante o pulsátil (como un latido o palpitación), aunque también puede ser opresivo. Suele durar entre 3 horas y 72 horas si no se administra tratamiento. La actividad o el movimiento empeoran el dolor. Es más común en mujeres.
En general, la migraña se acompaña de al menos uno de los siguientes síntomas:
- Náuseas o vómitos.
- Sensibilidad a los ruidos (fonofobia) o a la luz (fotofobia).
- Síntoma autonómico: enrojecimiento de un ojo, inflamación, etc.
En algunas ocasiones, el dolor de la migraña se acompaña de aura, es decir, de alguna alteración de nuestras funciones neurológicas. Esta alteración siempre es transitoria y puede ser de varios tipos: visual, sensitiva, vertiginosa, motora, que afecta al habla, etc.
“Ante un diagnóstico de migraña, es importante comunicar al paciente qué engloba esta patología y explicar que se pueden dar este tipo de alteraciones. No se trata de asustar, pero sí de que sepa identificar un aura en caso de que se produzca y que sepa que será de carácter transitorio”, indica la dra. Losada.
Cefalea en racimos
Se manifiesta con dolor muy intenso, siempre en un lado de la cabeza, con una duración corta (menos de tres horas), pero repetidas a lo largo del día. Suele aparecer en brotes de varias semanas o meses. Es el tipo más frecuente de las cefaleas trigémino-autonómicas, provocadas por la activación del nervio trigémino y del sistema nervioso parasimpático. Es más común en hombres que en mujeres.
Cefalea secundaria: Cuando el dolor es consecuencia de otro problema
En las cefaleas secundarias, existe una causa o patología que estimula los nervios de la cabeza sensibles al dolor. Son múltiples los factores que pueden provocar este tipo de cefaleas. Estos son solo algunos de ellos:
- Resaca por ingesta excesiva de alcohol.
- Sinusitis.
- Toma excesiva de analgésicos (cefaleas por efecto rebote).
- Traumatismo craneal.
- Quiste o tumor.
- Trastorno vascular
En estos casos, el dolor de cabeza puede ser un síntoma de enfermedades de distinta gravedad. Por esta razón, es importante consultar a un especialista en Neurología para que analice el caso y realice las pruebas diagnósticas necesarias. Sobre todo, si las cefaleas crecen en intensidad, dejan de responder a la medicación o están acompañadas de otros síntomas, se aconseja acudir al especialista.
Clínicas Biomédicas Ascires cuenta con consulta especializada en cefaleas y con las técnicas de imagen diagnóstica más avanzadas, que incluyen resonancia magnética (RM), tomografía computarizada (TC), angiografía cerebral (angioRM o angioTC) o ecografía doppler, entre otras.